El origen griego del caduceo: Esculapio
Arturo G. Rillo, Dr en H*
* Cuerpo Académico de Investigación en Educación Médica, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma del Estado de México, México, DF. e-mail: dr_rillo@hotmail.com
Recibido para publicación enero 31, 2008 Aceptado para publicación septiembre 18, 2008
RESUMEN
Introducción: La historia de la medicina posibilita reflexionar sobre el caduceo como la síntesis de la dialéctica de la vida sensible y la espiritual. Esto abre un horizonte de comprensión y permite recuperar la leyenda de Esculapio y su culto con los diferentes elementos simbólicos que la componen.
La leyenda: Los referentes históricos y mitológicos de la existencia de Esculapio dan consistencia a la leyenda en un ámbito de realidad y ficción perdurando en la tradición médica occidental como el referente místico de la deidad para el ejercicio de la medicina.
El culto: Se basa en la «incubación» y sintetiza ritos de sanación y prácticas terapéuticas, tanto médicas como quirúrgicas, además de ejercicio, curas de sueño y actividades recreativas.
El símbolo: El origen lingüístico de su nombre, el simbolismo de los actores de la leyenda y la representación iconográfica de sus atributos, convergen en el caduceo para representar la síntesis de ideas y prácticas médicas asociadas con la vida humana.
Conclusiones: La imagen de Esculapio trasciende la divinidad del olimpo y se sitúa como el arquetipo de la curación; por tanto, el caduceo es consistente con la representación de un sistema-mundo que domina el ejercicio de la medicina contemporánea.
Palabras clave: Caduceo; Esculapio; Asclepio; Historia de la medicina; Filosofía de la medicina.
The Greek origin of caduceum: Æsculapius
SUMMARY
Introduction: Medicine history gives us the chance to reflect about the Caduceus as the synthesis of the dialectic of the sensible and spiritual life. This opens and horizon of comprehension and allow us to recover the legend of Asclepius and it's cult with the different symbolic elements that structure it.
The legend: The historic and mythological references about Asclepius' existence gives structure to the legend in a real and not-real environment perduring in the occidental medicine tradition as a mystical reference to the deity for the medical practice.
The cult: It's based in the incubation and synthesizes healing rites and therapeutical practices, as medical as surgical; exercise, sleep cures and amusement activities.
The symbol: The linguistic origin of Asclepius' name, the symbolism of the legend protagonists and the iconographic representation of their attributes, converge in the Caduceus to represent the medical practices and ideas synthesis, all them related to the human life.
Conclusion: Asclepius' perception transcends the Olympic divinity and situates him as the healing archetype; that's why Caduceus is consistent with the system-world representation that rules the actual medical practice.
Keywords: Caduceum; Æsculapius; Æsclepius; History of medicine; Philosophy of medicine.
El estudio del origen del caduceo, nos remonta a la antigua civilización griega, donde se registra su aparición en la medicina en torno a la figura de Esculapio, cuyo atributo esencial es el caduceo formado por una serpiente enroscada en una vara, símbolo que en la actualidad se identifica como el emblema distintivo de la profesión médica. Sin embargo, poco se sabe sobre el caduceo como producto de un determinado número de hechos históricos, así como de la manifestación cultural de un proceso de valoración religiosa de la realidad durante una época determinada, y mucho menos, como el reflejo de la síntesis de una actitud hacia la vida, a la vez mística, mágica y religiosa1.
El análisis histórico del caduceo, orientado hacia la búsqueda de su origen real, así como de la época histórica en la que se designó como Emblema Universal de la Medicina, permite llegar a las siguientes conclusiones2:
En este contexto y con el propósito de promover el análisis del caduceo como la expresión de una conexión real y funcional de la realidad del hombre, y la relación dialéctica de los opuestos, de la vida sensible y la vida espiritual, de la vida y la muerte, la salud y la enfermedad3, se recupera en esta comunicación la tradición de la leyenda de Esculapio para determinar aquellos elementos simbólicos que permiten ampliar y dar sentido al horizonte de comprensión al caduceo en los inicios del siglo XXI.
LA LEYENDA
Löbsak señala que el nombre de Asclepio tiene su origen en las palabras griegas spala, aspala o skalops, expresiones con las que se designa al topo. Esculapio es el nombre que los romanos dieron al dios griego Asclepio4.
Al margen de la mitología, los datos acerca de este personaje aparecen refrendados por autores de la antigüedad entre los que destacan Homero, Hesíodo y Píndaro, de lo que cabe deducir que Esculapio fue realmente un médico famoso y héroe de guerra, que nació en Trica localizada en la región de Tesalia que hoy se conoce con el nombre de Tricalia5.
Esculapio, de acuerdo con la tradición, fue hijo natural de la virgen Coronis y nació de manera muy violenta4,6, viviendo en siglo XIII aJC. Fue el dios de la medicina, protector de la salud, al que adoraron los griegos con el nombre de Asclepio o Asclepios. Su culto no es anterior a la expansión de los eolios por el norte de Grecia y no se sabe de cierto si en tiempo de Homero se le consideraba ya como dios o sólo era un médico. Sus atributos son la copa, en la que contiene la bebida salurífera, el bastón del viajero en el que se enrosca la serpiente, signo de adivinación entre los griegos y que figura al lado de todas las divinidades médicas7.
Los referentes históricos de la existencia de Esculapio son diversos y se mezcla en ellos la realidad y la ficción, la leyenda y el mito, destacando las referencias que realizan Homero y Hesíodo. Homero dedica el Himno XIV a Esculapio, en el que se indica lo siguiente: «Comienzo a cantar al sanador de enfermedades, Asclepio, hijo de Apolo, a quien la divina Coronis, hija del Rey Felgio, parió en la llanura de Dotio, para ser la gran alegría de los hombres y el mitigador de los funestos dolores. Así te saludo ¡oh rey! y te ruego con mi canto»8.
Por su parte, en los Himnos Órficos, Hesíodo dedica el número LXIV a Asclepio, y se expresa de él en los siguientes términos: «Curador de todos los hombres, Asclepio, que alejas de todos las enfermedades dolorosas, que haces dulces presentes, que vienes trayendo salud, que ahuyentas lejos de los enfermos las Keres de la muerte; dichoso joven, ilustre y venerable hijo de Febo Apolo, enemigo de las enfermedades, que tienes por esposa a la santa irreprochable; ven, ¡oh bienaventurado salvador! Y da un dichoso fin a nuestra vida»9.
Pero la tradición más consistente cuenta que Apolo se enamoró de Coronis, a la que se presentó en forma de cisne en el lago Boibesm, dando lugar a la leyenda de Leda10, y arrebatado por su belleza la cortejó, y de esta unión Coronis quedó embarazada. Pero Coronis había sido prometida en matrimonio por su padre al primo de este, Isquis, y contemplaba su próxima boda llevando al hijo de Apolo en su vientre4.
Un cuervo, que en aquel entonces era un ave con plumas blancas, llevó la noticia de la próxima boda a Apolo con lo que montó en cólera, le dio plumas negras al cuervo, quien las porta desde entonces como señal de duelo, y disparó luego sus flechas al novio de Coronis mientras que Artemisa, la hermana de Apolo, mataba a la infeliz Coronis4.
Cuando Apolo vio que su amante moría, se llenó de compasión por el hijo no nacido, de modo que lo tomó del vientre de Coronis y lo llevó a la cueva del centauro Quirón en la tierra en Pelion, en Tesalia4,7. Apolo confió la educación de Esculapio al centauro Quirón, quien lo instruyó en forma especialmente intensiva en el arte de curar, de modo que pronto pudo practicarlo él mismo según la saga, mostrando gran facilidad para aprender.
Cuando Esculapio se hizo joven, sus éxitos se extendieron por el mundo en dos ámbitos fundamentales: la guerra y la medicina. Se cuenta que Esculapio participó en la guerra de Troya con sus dos hijos, Macaón y Podalirio y, según otras versiones, acompañó a Jasón en la expedición de los Argonautas5. En el ámbito de la medicina, llegó a ser tan hábil en el arte de curar que además de sanar enfermos, devolvía la vida a los muertos.
La familia de Esculapio fue vinculada a diferentes actividades relacionadas con el cuidado de la salud y con prácticas médicas. Su esposa Epione, calmaba el dolor. Sus hijas fueron Higia y Panacea, la primera fue conocida como la deidad de la salud y la profilaxis y Panacea la del tratamiento; sus hijos, Macaón y Podalirio fueron dioses protectores de los cirujanos, mientras que Telésforo, quien le acompañaba siempre, significaba la convalecencia11.
La muerte de Esculapio es tan trágica como su nacimiento siendo marcada por la influencia del mito y la participación de los dioses del Olimpo. Plutón le acusó de haber disminuido el número de almas que bajaban a los infiernos y Zeus, en venganza, lo mató con sus rayos. Después de su muerte, Esculapio fue venerado como dios, originándose en su honor los asclepios o santuarios médicos donde el pueblo griego acudía en busca de la salud perdida12.
EL CULTO
Existe consenso entre los historiadores de la medicina en que el culto a Esculapio tuvo su origen en Tesalia, alrededor del siglo VI aJC en el que surgen los templos dedicados a su culto llamados asclepiones, ya sea en Trika (según la Ilíada y Hesíodo) o en Epidauro (según los hallazgos arqueológicos).
La influencia de su culto se plasmó en la construcción de más de 300 santuarios en muchas ciudades del mundo grecorromano, siendo el más famoso el de Epidauro, que estaba situado en un valle rodeado de colinas cubiertas con pinares donde vivían las serpientes, animales sagrados, convirtiéndose en el centro del culto a Esculapio, y desde esta ciudad se extendió a todo el mundo antiguo5.
El culto a Esculapio, en el contexto de la medicina sacerdotal griega, se funda en la «incubación», esto es, en la sugestión producida durante el sueño, aunque se incorporaban ritos de sanación y prácticas terapéuticas que sin duda poseen un origen racional13.
La «incubación» consistía en un sueño terapéutico en una sala prevista para tal efecto. Los pacientes soñaban que Esculapio se aparecía y expulsaba el mal; cuando despertaban, se sentían curados5,13.
Entre los ritos de sanación que se practicaban durante la estancia en los asclepiones, era común que el sacer-dote apareciera durante la noche en el interior sagrado del templo, donde un gran número de pacientes se encontraban en la oscuridad y eran tocados en la parte enferma del cuerpo con una varita o una serpiente (la vara es un atributo de Esculapio y la serpiente es el dios curador y posteriormente el símbolo del arte médico debido a su carácter de divinidad misteriosa e infernal) es ampliamente descrita en el Pluto de Aristófanes.
Las prácticas terapéuticas que se realizaban en los asclepiones incluía tanto actividades médicas propiamente dichas como intervenciones quirúrgicas, además de exigir la observancia de reglas estrictas que eran prescritas por médicos y sacerdotes; de tal manera que se planificaban las actividades diarias del paciente, alternando el ejercicio con el reposo, la ocupación activa y pasiva del espíritu, las dietas especiales, las curas de sueño, el uso de aguas medicinales, la asistencia al teatro y la participación en las ceremonias del templo.
Era tradición entre los pacientes atendidos y sanados en los asclepios, ofrecer exvotos que consistían en reproducciones de los órganos tratados así como la donación de estelas en las que se grababan las curaciones5. Ambos elementos han contribuido a poseer un conocimiento claro de lo que sucedía en el interior de los templos de la salud dedicados a Esculapio14.
EL SÍMBOLO
Para explorar el simbolismo que subyace en el caduceo como atributo de Esculapio es preciso recuperar en este momento un conjunto de elementos que amplían y dan sentido al horizonte de comprensión sobre el origen del caduceo médico.
El primer punto se centra en el origen lingüístico del nombre de Asclepio, el cual es probable que derive de palabras griegas con las que se designaba al topo, el cual era considerado como un animal maldito de los dioses y condenado por ellos a una sombría existencia en el mundo subterráneo privado de luz y al que se le atribuían fuerzas curativas mágicas4.
El segundo punto radica en la propia leyenda de Esculapio, que independientemente de la versión expuesta por Píndaro u Ovidio10, en ella aparecen de manera consistente Apolo, Coronis, Isquis, Quirón, Artemisa, un cuervo, y finalmente, Zeus4-6, proporcionando una consistencia simbólica a la leyenda por lo que es preciso revisar cada uno de estos actores que permiten estructurar la trama de la leyenda mítica de Esculapio.
Zeus es el principal dios del Olimpo. Apolo, el dios de la luz4, era el médico de los dioses del Olimpo, de quienes recibe el nombre de Alexikakos (el que aleja la enfermedad) y sus flechas llevan la peste o las epidemias a lo lejos, pero también podía impedirlas o evitarlas. En compañía de su hermana Artemisa, enseña la medicina al centauro Quirón. Coronis, una mujer mortal, era hija del rey de los lapitas en Tesalia. Quirón, mitad caballo, mitad dios, era hijo de Saturno, versado en leyendas antiguas, música y cirugía. Fue el preceptor de Hércules, Aquiles y Esculapio12. Se decía de él que no sólo era un diestro cazador y amigo de la música, sino que conocía también las propiedades de las hierbas curativas, que las utilizaba y que sabía como transmitir sus conocimientos a sus discípulos. Quirón podía también desempeñarse con el cuchillo del cirujano y realizar curaciones milagrosas, pronunciando fórmulas de encantamiento antes de comenzarlas4.
El tercer elemento se centra en dos puntos fundamentales: la representación iconográfica de los atributos de Esculapio y su culto realizado en los asclepios. En ambos, destacan la presencia del bastón del viajero y la serpiente.
Fundamentado en estos tres elementos, en la imagen de Esculapio existen diferentes elementos que convergen para comprender al caduceo como el símbolo que representa la síntesis de ideas y prácticas, impresiones y ritos, hechos invocados y deseados, temidos o aborrecidos, acontecimientos maravillosos, extraños e inexplicables, siempre asociados con los eventos más significativos de la vida humana, entre los que destacan la salud y la enfermedad, y que se expresa en la conjunción del báculo y la serpiente como un símbolo que reúne y funde la significación de ambos en una sola.
Así, el bastón del viajero, el báculo, que puede ser entendido como la «varita mágica» empleada para concentrar las fuerzas sobrenaturales para alejar a los enemigos, es probablemente de una aparición posterior al simbolismo de la serpiente14; pero en tanto bastón del viajero, es susceptible de que le brotaran hojas nuevas, significando entonces la posibilidad de una vida nueva o renovada.
Por otra parte, según Castiglioni7, en los orígenes de la civilización griega, el culto a la serpiente era desconocido, siendo probable que fuera importado de Egipto o de Asiria, sin que los griegos conocieran el simbolismo que estos pueblos le daban. La serpiente, constituye el centro del rito religioso y terapéutico que se practicaba en los templos dedicados a Esculapio. Es un hecho que la serpiente es el símbolo universal de lo sobrenatural en la prehistoria y en el ámbito de la mitología griega simboliza la adivinación, la prudencia, la regeneración y la curación por lo que ha representado en la historia de la humanidad los poderes mágicos de sanación y curación que se han atribuido a todas las divinidades médicas16,17.
CONCLUSIONES
La imagen de Esculapio ha estado inmersa en la leyenda y el mito, propiciando que existan autores que le atribuyen una existencia real5 así como los que niegan dicha existencia7.
Haya existido realmente Esculapio o sea una simple ficción, la mitología se apodera de su figura, hizo de él un dios y más tarde le atribuyó su origen al linaje de los dioses. El desventurado Esculapio, el neonato nacido en operación cesárea fue considerado como el dios de la medicina y se le rindió culto en toda Grecia, siendo hijo de la luz, de la razón, de la vida, pero también es una deidad tectónica, que proviene de la tierra, del inframundo, en suma de la muerte, situándose el arte de la medicina entre la vida y la muerte, constituyéndose Esculapio como el arquetipo de la curación15.
En este contexto, el caduceo parece incorporar a las divinidades médicas la posibilidad de mediar dialécticamente entre dos opuestos: la tierra y el cielo, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte; en suma, el caduceo es consistente con la representación de un sistema-mundo que domina el ejercicio de la medicina desde sus inicios y aún cuando en la medicina contemporánea se ha sustituido la curación mágica por un enfoque racional que promueve una vida saludable y centra las expectativas del paciente en el respeto por los avances científico-tecnológicos de la medicina, la complejidad de la curación dentro del arquetipo de la curación, se asocia con la identificación inconsciente del médico con el poder de utilizar y manipular las formas de la vida para enfrentar la enfermedad del paciente.
REFERENCIAS
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