MORTALIDAD EVITABLE DE MANUSCRITOS CIENTÍFICOS
Colombia Médica publica 64% de los artículos de investigaciones originales enviados a proceso editorial, lo cual resalta la rigurosidad del sistema de revisión editorial y a la vez, debe generar reflexión sobre las causas del rechazo del material remitido para publicación como insumo para sus colaboradores.
La revisión del archivo de artículos rechazados por la Revista me lleva a discriminar, arbitrariamente, los motivos para no publicar los documentos científicos en dos grupos:
En el primero, que denominaré «pérdidas insalvables», se destacan la falta de evaluación ética, los problemas de diseño de la investigación y el plagio.
Y el segundo grupo, «manuscritos con rechazo evitable», incluye las deficiencias en el seguimiento de las instrucciones de la revista, la redacción inadecuada y los retrasos de los autores para someter las observaciones de una evaluación inicial. Los documentos en este último grupo pudieron tener una oportunidad con algo de esfuerzo conjunto entre los autores y el cuerpo editorial; y en todo caso, con la corrección de errores y el apoyo en otros asesores expertos, podrían revivirse si los envían a una revista de impacto menor.
Entre las causas de las pérdidas insalvables, las fallas en la estructura de investigación institucional ocupan un lugar sobresaliente. La institución que considera la producción científica como uno de sus activos debe invertir en conformar un comité de ética en investigación que razonablemente le aporte al investigador elementos de reflexión ética, social y ambiental para enriquecer la propuesta de investigación. Con fundamentación bioética, las normas colombianas e internacionales no consideran otras formas de evaluación ética de los proyectos y, en consecuencia, el Comité Editorial de Colombia Médica tampoco.
Además, quienes proyecten realizar ensayos clínicos deben inscribir la entidad en alguna de las bases de datos internacionales que permita ingresar los protocolos de estudios clínicos y obtener el registro que exigen las revistas científicas1. Este primer apoyo genera un ambiente institucional de investigación y permite a los investigadores promocionar sus propuestas y resultados al medio científico.
Es posible considerar las deficiencias de diseño como las causas más preocupantes de rechazo porque no hay manera de arreglar un proyecto mal concebido y expresan las carencias en el conocimiento del estado del arte del tema o de la metodología de investigación. La poca definición o ausencia de una hipótesis y un objetivo, los tamaños inadecuados de las muestras, el sistema de medición de variables vulnerables, entre otros, lesionan gravemente el producto de investigación.
El plagio no tiene solución editorial y merece que se discuta en otra oportunidad.
Para continuar con el segundo grupo, el deficiente seguimiento de las instrucciones conduce a un rechazo evitable del artículo en edición. Elegir la revista a la que se somete un manuscrito, significa que el autor acepta las instrucciones definidas por el cuerpo editorial y que considera que la revista tiene la experiencia para juzgar adecuadamente su trabajo. Casi siempre las instrucciones a los autores son rígidas y particulares para cada publicación2; ante esto, es ideal decidir la revista en la que se desea publicar y con base en sus instrucciones redactar el manuscrito. Escribir el texto y luego buscar una revista para publicarlo genera conflicto en algunos investigadores con la revista y desgasta el proceso editorial, pues lo lleva a suspenderlo por una simple cuestión de forma. A la par de lo anterior, algunos manuscritos pueden ser de calidad para el editor, pero como éste tiene en cuenta las necesidades de sus lectores, el tipo de temas que le interesa publicar y la importancia científica relacionada con otros aspectos, puede devolver el documento cuando los temas son excesivamente especializados o muy tangenciales al contenido convencional de la revista3.
El abandono de los autores a su obra en alguna de las fases editoriales no debería suceder. Elaborar un manuscrito para someterlo a publicación, requiere mucho esfuerzo y tiempo adicionales; sin embargo, aceptar o discutir las observaciones de los pares evaluadores y enviar una versión corregida, necesita cierta dedicación, proporcionalmente menor, si se compara con el primer esfuerzo. Los procesos editoriales contienen un gran componente de crítica y este concepto no debería ofender a los autores, pues tampoco hay límite de versiones cuando lo que se pretende es presentar el trabajo de la mejor manera posible. Una actitud útil para esta fase de la edición es delegar desde el principio un líder responsable del seguimiento del artículo; lo natural es considerar al autor que redactó el manuscrito para mantener el estilo y que éste coordine con sus colaboradores los cambios que se deben hacer. Es bueno que el autor principal (si hay más de uno) sepa que siempre puede contar con el cuerpo editorial para sus consultas o discutir cualquier aspecto en la elaboración de una versión final.
Las deficiencias para redactar son parte del curso natural de aprender a escribir. La educación superior se enfoca en que el estudiante comprenda un texto, no que lo componga y la formación en este aspecto para los investigadores del área de la salud es casi nula. Escribir requiere un mentor, ojalá con bastante práctica. Por este motivo aconsejo a los interesados que consulten la obra de Cassany4, un guía experto en construir escritura.
Por último, existen virtudes que evitan la mortalidad editorial. Reconocerse como escritor imperfecto promueve la solicitud de examinar los textos entre pares, e incluso entre los profanos en el tema; si entienden lo que se ha escrito, sin duda hay mejoría. Es bueno recordar que el peor manuscrito es aquel que nunca se escribe y sólo aquellos que no han escrito artículos científicos, son quienes no han tenido alguna vez un manuscrito rechazado.
Mauricio Palacios G, MD, MSc
Profesor Asistente, Universidad del Valle
Editor Asistente, Colombia Médica
REFERENCIAS
1. Palacios M, Ramírez JH. El registro de ensayos clínicos y el fenómeno de las investigaciones «Ya que». Colomb Med. 2007; 38: 5-6.
2. Elizondo-Rivera RL, Bosques-Padilla FJ. Cómo escribir un artículo científico: cómo lograr que su investigación sea publicada. Rev Gastroenterol Mex. 2007; 72: 113-6.
3. Bosch A, Alfonso F, Bermejo J. Why was our manuscript rejected? Rev Esp Cardiol. 2002; 55: 782-3.
4. Cassany D. Afilar el lapicero. Guía de redacción para profesionales. Barcelona: Anagrama; 2007.